domingo, 31 de mayo de 2015

Cultura, culturismo, aculturación e identidad

CULTURA

El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.
La cultura es el conjunto de formas y expresiones que caracterizarán en el tiempo a una sociedad determinada. Por el conjunto de formas y expresiones se entiende e incluye a las costumbres, creencias, prácticas comunes, reglas, normas, códigos, vestimenta, religión, rituales y maneras de ser que predominan en el común de la gente que la integra. El término cultura tiene un significado muy amplio y con múltiples acepciones. Lo mismo sucede con palabras como ciencia, conocimiento o fe, vocablos concretos con diferentes valoraciones y sentidos.

ACULTURACIÓN

Aculturación es el nombre que recibe un proceso que implica la recepción y asimilación de elementos culturales de un grupo humano por parte de otro. De esta forma, un pueblo adquiere una filosofía tradicional diferente a la suya o incorpora determinados aspectos de la cultura descubierta, usualmente en detrimento de las propias bases culturales. La colonización suele ser la causa externa de aculturación más común.

A principios de siglo el término se hacía sinónimo de difusión o préstamo cultural e inclusive con el de asimilación por lo que se hizo necesaria una delimitación más estricta del mismo. En 1936 la American Anthropological Association nombró una comisión para revisarlo. Esta comisión, formada por eminencias del calibre de Redfield, Linton y Hertskovits definió aculturación como "aquellos fenómenos que resultan cuando grupos de individuos de culturas diferentes entran en contacto, continuo y de primera mano, con cambios subsecuentes en los patrones culturales originales de uno o de ambos grupos".

IDENTIDAD

La identidad es lo que permite que alguien se reconozca a sí mismo. En consecuencia, la identidad personal es todo aquello que nos define como individuos. Tenemos conciencia de la identidad porque tenemos memoria, sin ella sería imposible nuestro propio reconocimiento. De hecho, cuando alguien pierde la memoria pierde el elemento esencial de sí mismo.

Aunque estemos permanentemente cambiando desde un punto de vista físico y cognitivo, es evidente que en el proceso de transformación hay algo que se mantiene inalterable: la convicción de que somos la misma persona en todo momento. Es una idea algo paradójica, ya que cambiamos cada día y al mismo tiempo no cambiamos.

Para tener un criterio de identidad personal es necesario desarrollar el concepto de intimidad, el cual se adquiere en la infancia cuando poco a poco el niño aprende a distinguir entre la idea de yo y los demás. Cuando se consolida la noción del yo, la persona ya puede empezar a comprender quién es. Pensamos y observamos lo que nos rodea externamente y paralelamente estamos en un cuerpo, con unos sentimientos e ideas en relación con nuestro interior. Es una especie de diálogo íntimo y este rasgo es una parte de nuestra identidad personal.


domingo, 17 de mayo de 2015

Símbolos Patrios

"Nuestros Símbolos Patrios son muy importantes para definirnos como mexicanos. Es un orgullo ver a la Bandera ondear en la Plaza de la Constitución. Es una emoción que embarga el pecho cuando escuchas entonar tu Himno. Y más aun si pones atención en sus estrofas: se te hace un nudo en la garganta”

Uno de los más elementales y que todo país con historia antigua, nueva o reciente expone a los demás, es una bandera. La bandera refleja por un lado los colores, que simbolizan las características más importantes de la nación, y, en caso de llevar escudo, este es una representación en una sola imagen de la historia, de una acción o de algo que hace de ese país lo que es. Bien es cierto que a lo largo de la historia, en función de los propios acontecimientos en el país, o por los cambios de gobiernos que pueda haber, este símbolo puede modificarse en función de las necesidades de ese momento o de una decisión tomada por un gobierno o mediante un referéndum popular.


La Bandera Nacional fue considerada por muchos historiadores como la primera bandera nacional el Estandarte de la Virgen de Guadalupe utilizada por Miguel Hidalgo y Costilla durante el "El Grito de Dolores" el 16 de Septiembre de 1810. Este estandarte se convirtió en el símbolo primordial del ejército insurgente durante la Guerra de Independencia. La Bandera Nacional consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas, con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo que significan; El verde, la Independencia; el blanco, la pureza de la religión, y el rojo; la unión. La realización de esa Bandera fue encomendada por Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide. Desde el 24 de febrero de 1937 se conmemora públicamente el día de la Enseña ante el monumento del General Don Vicente Guerrero, que fue el primer militar mexicano que juró ante la Bandera, en el evento conocido como el abrazo de Acatempan, del 12 de marzo de 1821. En la franja blanca y al centro, tiene el Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes del ancho de dicha franja. La proporción entre anchura y longitud de la bandera, es de cuatro a siete. Podrá llevar un lazo o corbata de los mismos colores, al pie de la moharra. Un modelo de la Bandera Nacional, autenticado por los tres poderes de la Unión, permanecerá depositado en el Archivo General de la Nación y otro en el Museo Nacional de Historia.


Himno Nacional

Hubieron de transcurrir treinta años de convocatorias, pruebas y rectificaciones durante el Siglo XIX para que México conociera su Himno Nacional actual.

La primera composición del Himno Nacional, creada por José Torrescano, se estrenó en 1821. Sin embargo, esta obra alcanzó poco grado de institucionalidad y aceptación en el ámbito de la sociedad civil mexicana.

Transcurrieron dieciocho años. La Academia de San Juan de Letrán lanzó entonces una Convocatoria con el propósito de crear la Letra de un Himno Nacional mexicano.

A la convocatoria llegaron treinta composiciones, de las cuales dos fueron seleccionadas recibidas: la del estadounidense Andrew Davies Bradburn, y otra del poeta Félix María Escalante. La musicalización de la obra de Bradburn fue escrita por el austriaco Henry Hertz. Empero, dicho Himno tampoco tuvo una recepción favorable entre el pueblo mexicano. Otro intento fallido que registra la Historia fue el del poeta de origen cubano, Juan Miguel Lozada, y del compositor europeo Carlos Boscha.

En el año 1853, Antonio López de Santa Anna convocó, por conducto de Miguel Lerdo de Tejada, un nuevo concurso Literario-Musical, cuya convocatoria establecía como propósito el que hubiera “un canto verdaderamente patriótico que, adoptado por el Supremo Gobierno, sea constantemente 0el Himno Nacional". Los escritores José Bernardo Couto, Manuel Carpio y José Joaquín Pesado fueron los integrantes del Jurado Calificador, el cual determinó que la composición literaria de mayor mérito era aquella que había sido presentado con el siguiente título: "Volemos al combate, a la venganza, Y el que niegue su pecho a la esperanza, Hunda en el polvo la cobarde frente".

El autor de la Letra premiada era el Maestro Francisco González Bocanegra, originario de San Luis Potosí. No obstante, la música ganadora --compuesta por Juan Bottesini-- no fue aceptada por el pueblo, por lo cual se lanzó otra convocatoria pública para presentar composiciones musicales para la Letra de Francisco González Bocanegra.

El texto y música del Himno Nacional, autenticados por los tres poderes de la Unión, permanecen depositados por mandato Constitucional en el Archivo General de la Nación, en la Biblioteca Nacional y en el Museo Nacional de Historia.